Me gustaría que los historiadores puedan marcar este episodio como el inicio de una Argentina transparente y ética, donde la corrupción comenzó a quedar en el pasado”, reflexionó Nicolás Dujovne mientras avanza la causa que investiga un presunto esquema de corrupción entre empresarios de la construcción y funcionarios de la administración kirchnerista.
“Veo este episodio con una mezcla de cosas —continuó el ministro de Hacienda—. Con dolor, porque veo la oportunidad perdida que tuvimos durante el kirchnerismo, que fue un gobierno de saqueo, y que nos llevó realmente a una oportunidad perdida y nos ha generado buena parte del dolor que está sufriendo la sociedad argentina hoy, porque buena parte de la suba de tarifas está asociada a la desinversión y a lo que se robaron”.
“También lo veo con esperanza, porque estamos sentando las bases para una Argentina más sana, y con responsabilidad, porque tenemos que lograr generar los mecanismos para que no vuelva a ocurrir”, completó en diálogo con Alejandro Fantino en América.
Por otra parte, el funcionario se refirió al efecto que tendrá la investigación en el futuro de la economía. “Sabemos que va a tener algún impacto en términos de actividad”, reconoció. “El impacto va a estar centrado en la construcción y ahí tenemos que generar mecanismos para que no se frenen (las obras), siempre en el marco de la legislación”, agregó.
En un extenso reportaje, Dujovne reiteró que este año la Argentina crecerá menos de lo esperado, dijo que “llevará muchísimo tiempo” construir un esquema en el que la suba del dólar se traslade a precios en menor medida y reconoció que “mucha gente está sufriendo y la está pasando mal”.
A continuación, sus principales definiciones:
“Gradualismo fue el nombre de lo que estaba haciendo el Gobierno, un conjunto de políticas económicas que se implementaban. Para muchos eran un ajustazo en ese momento. En 2016, en la política tarifaria tuvimos un freno con la tarifa de gas, que fue revertida por un fallo de la Corte. En la Patagonia, hubo que poner un tope al aumento en la tarifa de gas. El límite vino dado institucionalmente”.
“El Gobierno arrancó en una minoría parlamentaria muy marcada, con pocos asientos en Diputados y en el Senado. Recién en las últimas elecciones hemos logrado tener una posición más relevante que nos permite avanzar más rápido”.
“Muchas veces quienes se refieren al gradualismo del primer año lo hacen mirando el resultado final del déficit fiscal. La política fiscal en 2016 tuvo una fenomenal baja de impuestos, se eliminaron impuestos al comercio exterior, excepto los de la soja. Era difícil, perdiendo recursos cuantiosos, tener una baja del déficit muy grande”.
“La Argentina depende crucialmente del sector agropecuario en sus exportaciones. La sequía de este año fue la más grande de los últimos 50 años. En 2009 hubo una sequía más leve y la economía argentina cayó 6 por ciento en un año. En este caso, vamos a atravesar una recesión más leve porque estamos preparados, aún cuando los mercados emergentes están atravesando una tormenta”.
“Este año la Argentina no va a crecer lo que esperábamos. Cuando arrancó el año estábamos para crecer un 3 por ciento. Tuvimos la sequía y la depreciación de las monedas emergentes”.
“La crisis de emergentes fue bastante inesperada. A nosotros nos pegó más que a otros países, no habíamos terminado de corregir los desbalances que heredamos. Como parte de los desbalances, el tamaño del mercado de capitales de la Argentina es diminuto. Después de muchísimos años de inflación alta y cepo, nos quedó un sistema financiero tan chiquito que la Argentina depende del mucho del mercado internacional. Estamos más expuestos que los demás países”.
“Hay que actuar siempre con mucha responsabilidad y entendiendo los límites dentro de los cuales uno se mueve. No vinimos a plantar la bandera testimonial de la estética del ajuste que hay que hacer para entregársela a los mercados y que nos digan que somos excelentes”.
“Sabemos que hay mucha gente a la que le cuesta llegar a fin de mes, que está sufriendo, que la está pasando mal y que le gustaría que fuéramos más rápido en solucionar los problemas de la Argentina”.
“Tenemos la responsabilidad de evitar una megacrisis como las que ya vivimos tantas veces, eso es lo más importante. En cada crisis acumulábamos nuevas camadas de pobreza. No hay ninguna posibilidad de terminar como en 2001. Trabajamos todos los días para que la Argentina no vuelva a tener una crisis, estamos construyendo un futuro de prosperidad para todos los argentinos”.
“Estábamos camino a ser Venezuela. El kirchnerismo construyó un sendero de destrucción de la infraestructura, de las reservas del Banco Central, del marco institucional, de la Justicia. Llegó al final de su mandato raspando, sin reservas en el Central, y en un año o dos la luz no iba a funcionar en tu casa. Con la luz gratis, sin inversión y con la fenomenal corrupción, íbamos camino a eso. Cuando se terminaran de consumir todos los stocks acumulados que nos quedaban, íbamos a entrar en una crisis humanitaria”.
“Los fondos que nos presta el FMI vienen a una tasa del 4 por ciento, cuando la Argentina tendría que pagar 8% en el mercado, no es que se incrementa la deuda por el acuerdo”.
“El acuerdo con el FMI fue propuesto por la Argentina, lo único que hicimos fue adelantar la convergencia al equilibrio fiscal al año 2020. El FMI no nos dice cómo tenemos que llegar a ese déficit, esa es una decisión soberana”.