Otra marcha histórica pidiendo seguridad y justicia en Rafaela

Otra marcha histórica y multitudinaria se concretó en la ciudad este martes por la tarde- noche en Rafaela, pidiendo justicia y seguridad.

Una marea humana encabezada por los padres y familiares de Gonzalo Glaría partió desde el municipio pasadas las 20 horas, y caminó hasta calle Sarmiento. Allí dobló al Este y se dirigió hacia Tucumán. Posteriormente por dicha arteria se dirigió hasta Bv. Santa Fe y desde allí hacia el Oeste hasta la Plaza 25 de mayo. La cual fue rodeada por sus calles internas, terminando la marcha en el mismo lugar donde se había originado: el municipio.

Los aplausos y gritos pidiendo justicia y seguridad acompañaron el recorrido, sin que se produjeran incidentes. Algo que pidió a los presentes Gustavo Glaría, antes de comenzar la movilización. Por eso nadie se detuvo frente a los Tribunales la Jefatura ni el la Jefatura, salvo unos segundas para sacar una foto.

Los discursos aparecieron en la Plaza 25 de mayo, y al padre de Gustavo Glaría se sumaron otras familias para pedir justicia: la de Emanuel Moralez asesinado el 24 de diciembre del 2019 en Villa Podio que tiene un detenido pero que sus allegados indican que hay más responsables que deben estar presos; la de Emanuel Gonzalez al que le quitaron la vida en barrio Mora con 8 años y su asesino – según la Justicia- anda suelto por tener 14 años; la de Miguel Ángel Acosta que fue atropellado y arrastrado por un auto perdiendo la vida en la Ruta 34 y a cuyo conductor que lo embistió ni siquiera le sacaron el carnet de conducir. Ademas se pudieron ver carteles pidiendo justicia por Abril Vargas, la nena de 9 años asesinada en el asentamiento Demarchi en el 2018 al quedar en medio de disparos y por María Fernanda Chicco, la adolescente de Ceres a la que una menor – que actualmente está libre- le quitó la vida por celos.

Los pedidos de justicia se multiplicaron, con testimonios desgarradores, con palabras que brotaban del alma, a partir de un dolor que no cesa ante la muerte de un ser querido.

Esta vez no hubo cubiertas quemadas, ni vidrios rotos. Tampoco huevazos, ni piedras que volaran por el aire. Sí hubo bronca contenida, hartazgo manifiesto, heridas abiertas por verdades que no llegan y cansancio por soluciones que no aparecen. Hubo una marcha multitudinaria que marcará la historia de la ciudad para siempre.