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Identificaron a los cuatro sospechosos de matar a “Tubi” Segovia en Coronda

La víctima tenía 29 años y estaba acusada por su participación en tres homicidios y ordenar otro. Lo mataron a traición la tarde del martes.

La investigación por el asesinato de Rubén Ariel “Tubi” Segovia, quien estaba a resguardo del Estado en un pabellón de la cárcel de Coronda, tuvo ayer un avance importante cuando el material fílmico registrado por las cámaras de seguridad del pabellón donde ocurrió el crimen llegó a manos del fiscal Raúl Nessier y de la Policía de Investigaciones (PDI) del departamento San Jerónimo, donde se erige el penal. En las imágenes, según se supo extraoficialmente, se puede identificar claramente a los cuatro hombres que estaban alojados en el mismo pabellón y que ingresaron a la celda de la víctima momentos antes del hecho fatal. Por tal motivo, los investigadores creen saber quiénes son los sospechosos del hecho y cuál fue parte de la mecánica de un episodio que motivó nuevos y duros cruces entre las altas esferas de gobierno provincial y el Poder Judicial (ver página 35).

El 6 de octubre de 2016 Segovia cayó herido a la guardia del Hospital de Emergencias y desde entonces quedó detenido. Al momento de su asesinato estaba bajo prisión preventiva por tres homicidios además de estar cumpliendo una condena a 10 años de prisión en la que se le acumularon distintos delitos.

Los homicidios por los que se lo acusó son los de Lisandro Fleitas, asesinado a tiros el 10 de noviembre de 2017 en Callao y Mister Ross; el de Jonatan Rosales, el 22 de junio de 2016 en Padre Giaccone al 1400 y perpetrado frente a la pareja de la víctima, Brisa Ojeda; y el de Lorena Ojeda, de 16 años y asesinada por error el 16 de diciembre de 2016 en Vera Mujica y Rueda cuando “Tubi” mandó a eliminar a la única testigo del crimen anterior y los sicarios fallaron de objetivo.

Traslado fatal

Tras ser imputado por diferentes fiscales “Tubi” quedó alojado en la cárcel de Piñero. Pero el 6 de febrero fue trasladado al penal de Coronda ante el desembarco en la prisión ubicada a 20 kilómetros de Rosario de Alan Funes, hermano de “Lamparita” e integrante de la banda de René Ungaro. Entonces fue alojado con cuidados extremos.

Sin embargo, el 9 de febrero los abogados de Segovia presentaron un habeas corpus para que “Tubi” fuera trasladado a un pabellón con seguridad regular, algo que el juez Carlos Leiva debió resolver. A pesar de la negativa del Servicio Penitenciario (SP), cuya portavoz Lucía Masneri participó de la audiencia y sostuvo que era potestad de la repartición que representaba decidir dónde alojar a cada recluso, el magistrado le dio la derecha al pedido de los abogados de Segovia y el 14 de marzo lo alojaron en una celda del pabellón 8C que cuenta con 22 celdas individuales con un patio en común en el ala sur de la prisión.

Para llegar a ese lugar, y como es de rigor con los presos considerados de “alto perfil o peligrosidad”, Segovia tuvo que firmar de puño y letra un documento en el cual se lo notificaba de quiénes eran los demás presos alojados en ese sector. Y según facsímiles a los que accedió este diario, “Tubi” mostró su plena conformidad en ser recluido allí. Por eso los investigadores no dudan de que su muerte “fue una traición o consecuencia de una pelea interna entre los detenidos por motivos que se desconocen”.

La mecánica

Según informes preliminares, Segovia fue atacado por cuatro personas en la celda 27 del pabellón 8C del ala sur de Coronda. Las imágenes muestran, de acuerdo a lo que trascendió, que cuatro hombres cuyas identidades se resguardan por motivos de seguridad, ingresan a la misma a las 16.30 del martes y pocos minutos después salen tres de ellos a cara descubierta.

El cuarto hombre sale un instante más tarde pero con su cabeza encapuchada e ingresa a otra celda donde se cambia de ropas vistiéndose con la camiseta de un equipo de fútbol porteño. La celda de este sospechoso fue allanada ayer mismo por personal de la PDI y se secuestraron elementos que lo comprometen seriamente con el homicidio de “Tubi”.

En tanto, Segovia fue hallado con un cable atado a su cuello y un puntazo en el abdomen. Ayer a la mañana su cuerpo fue sometido a la autopsia en Santa Fe y trasladado luego a Rosario para ser velado.

Desde la Fiscalía santafesina se precisó que “en la celda en la que se cometió el homicidio se secuestraron un celular, prendas de vestir y otros elementos de interés para la investigación. Además, en otra celda en la que se produjo un incendio inmediatamente después del crimen, se secuestraron prendas de vestir quemadas y dos chuzas”.

Una vida a los tiros

Los 29 años de vida de “Tubi” fueron a pleno. Se hizo un nombre en la calle; se enfrentó con Alexis Caminos, uno de los hijos del fallecido Roberto “Pimpi” Caminos; luego se unió a Alexis para lograr poder dentro de la barra de Newel’s y esa alianza con el hijo de “Pimpi” lo llevó a enfrentarse con Lautaro “Lamparita” Funes y su gente, ligados a otro maleante de la zona: René Ungaro.

La dinámica de la violencia de la zona sur, con decenas de homicidios y heridos de bala, lo llevó a tener su propio emprendimiento controlando una red de quioscos de venta de drogas abastecidos por Los Monos. Y al nombre que supo forjarse en la calle se le debe sumar un entramado de lazos familiares que lo unen con la familia de “Lichy” Romero, afincado en el barrio Municipal de Nuevo Alberdi, y otro pesado de Tablada, como es Milton César. En ese marco de muertes y venganzas, el 14 de enero pasado Marcela Díaz, su hermanastra, fue asesinada a balazos en pasaje Lejarza al 5600.

Ayer, al recorrer las mismas calles que supo caminar Segovia, el cronista de este diario se topó con declaraciones de vecinos con miedo a las posibles venganzas que pueden desatar la muerte de “Tubi”.

“La noticia cayó muy mal y generó indignación. Son muchos los muchachos que están tirando líneas para descular el nombre de los tres o cuatro que traicionaron y mataron a «Tubi». Y cuando tengan los nombres van a ir por las familias de esos traidores. A esta altura hay pibes a los que nos les importa más nada”, explicó un conocedor de la parte más profunda de Tablada.

“Todo en la calle está mezclado. Muy enrarecido. En barrios como éste ya no es sólo la venta de droga o la violencia callejera. También hay muchas armas, muchos gremialistas juntando voluntades y muchachos que trabajan de pata de plomo o sicarios. Todos los males que se ven en las calles repercuten necesariamente en las cárceles”, explicó un vecino dando contexto al crimen de Segovia.

“Tubi” Segovia pasó de ser un áspero tira tiros de la banda de Los Monos a controlar varios quioscos de venta de drogas y tuvo un paso fugaz, pero efectivo, como jefe de la barra brava de Newell’s Old Boys durante 2016.

Fue sucedido por Maximiliano “Jija” Avejera, quien está prófugo desde febrero último cuando fue acusado de asesinar a Jonatan “Bam Bam” Funes, integrante de la familia que dirime a sangre y fuego el control del sureste rosarino. Además, “Tubi” fue mencionado en la investigación de los homicidios de Maximiliano La Rocca y de Matías “Cuatrerito” Franchetti, efímeros líderes de una facción antagónica de la barra leprosa. A “Cuatrerito” lo mataron el 7 de junio de 2016 en la puerta del club del Parque Independencia. A La Rocca lo ultimaron tres semanas después en la zona de Pellegrini al 5300.

El quiso estar allí

En una rueda de prensa desarrollada ayer en Santa Fe, el Secretario de Coordinación del Ministerio de Seguridad, Pablo Cococcioni, remarcó que “Tubi” estaba en el pabellón 8C tras conocer a quienes habitaban el lugar y entender que estaba a resguardo.”Antes de ingresar al pabellón, hace mes y medio, se le pasó la lista nombre por nombre de aquellos que habitaban el lugar y se lo invitó para que expresara si tenía problemas de convivencia con algún interno. Él presentó un habeas corpus y en presencia del juez dijo que quería ir allí contra nustra decisión”.

Cococcioni sostuvo además que como es de rutina ante estos casos, se abrió un sumario interno para valorar al actuación del personal penitenciario. “En principio, los guardias no participaron. Habrá que valorar si hubo defectos de vigilancia teniendo en cuenta que no es un pabellón de máxima seguridad”, explicó.

el pabellon. En un lugar como éste, con celdas individuales y un patio común, fue asesinado el martes Segovia.

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