El gobernador encabezó ayer la celebración del 25 de Mayo en la ciudad de Santa Fe. En el acto también se inauguraron las obras de remodelación de la plaza cívica.
El gobernador de la provincia, Miguel Lifschitz, encabezó ayer las actividades oficiales por la celebración del 208° aniversario de la Revolución de Mayo, en la ciudad capital. En el acto central, que se llevó a cabo en la Plaza 25 de Mayo, antes del tradicional desfile cívico militar, Lifschitz mencionó que “en este día de celebración y de fiesta en la Argentina, como todos los años, nos convocamos en esta hermosa plaza donde está la historia y la tradición de esta ciudad: un lugar de celebraciones, encuentros, festejos y protestas”.
En referencia al espacio público, relató que “lo estamos inaugurando con dos importantes mástiles que acercan la Bandera al cielo y al sol como un mensaje, una expresión de deseo de los santafesinos” y mencionó que “hemos realizado un reconocimiento a hombres y mujeres servidores públicos que han demostrado en el desempeño de su labor cotidiana un mérito especial, un compromiso, actos que van más allá de sus responsabilidades habituales, que han demostrado una especial vocación de servicio que los hacen meritorios de estas distinciones”.
“En ellos queremos también rendir homenaje a muchos santafesinos y santafesinas anónimas que todos los días en sus lugares de trabajo demuestran su dedicación, su responsabilidad y vocación para realizar una tarea profesional o laboral, pero también para servir a los demás; porque ese es el espíritu de Mayo que nos alimenta a todas las generaciones que transcurrieron en estos 208 años para pensar, imaginar y construir ese país que nos legaron los hombres de Mayo”, agregó.
Tras realizar un raconto histórico sobre la fecha insignia en la historia del país, el gobernador dijo que “vale la pena reflexionar sobre el proceso de la Revolución de Mayo y qué hicimos y hacemos los argentinos al respecto, porque mucho de lo ocurrido en aquella época nos sigue remitiendo al presente y al futuro. La Patria no existía como tal, era una idea”.
Del mismo modo, mencionó que “desde aquel entonces, Argentina fue surgiendo entre encuentros y desencuentros. Solo en pocos momentos de esa historia logramos consolidar una idea común, un proyecto nacional que dé respuestas a las expectativas y demandas de los distintos sectores de la sociedad”.
LA FALTA DE OBJETIVOS
Y LA INCERTIDUMBRE
Lifschitz afirmó que “la falta de objetivos claros y de metas compartidas genera incertidumbre acerca del futuro, pero no podemos mirar la historia como espectadores. Pensar en resignarnos no es un posibilidad, es faltar al compromiso con quienes nos precedieron y, más importante aún, al porvenir de nuestros hijos. Debemos confiar en la capacidad y sabiduría que tienen los pueblos para transformar la realidad y cambiar su destino”.
“De aquellos que tenemos mayores responsabilidades se requiere una mirada de estadista para reconocer con franqueza y sin especulaciones los problemas que afrontamos como sociedad porque negarlos o ignorarlos demora las soluciones; un buen diagnóstico es un punto de partida ineludible para definir objetivos comunes y así construir un proyecto colectivo de largo plazo. Fue nuestro mayor desafío en estos últimos 200 años”.
“Necesitamos miradas más amplias y más inclusivas, más tolerancia. Es indispensable recuperar una noción de Patria que nos ampare a todos, haciéndonos argentinos iguales, garantizando las posibilidades reales de progreso real y colectivo” pero a su vez, mencionó que “la democracia necesita un pueblo movilizado y partidos que representen en sus políticas a las mayorías nacionales y que defiendan los intereses del pueblo”.
Por último, el gobernador indicó que “una Patria es más que un país, es un espacio de identidad colectiva, es un proyecto común del que somos parte, es el territorio, es la historia, la cultura, los valores compartidos. Hay un mandato de mayo que en palabras de nuestro Himno vuelve a tener vigencia: el de levantar en la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación, tan nueva y tan gloriosa como seamos capaces”, concluyó.
TE DEUM
Previo al desfile, Lifschitz participó en la Catedral Metropolitana de la Liturgia de Acción de Gracias, la última presidida por el Arzobispo de Santa Fe, Monseñor José María Arancedo, quien será reemplazado en su cargo el mes próximo.
Durante la ceremonia religiosa, el prelado aseguró que este 25 de Mayo “nos convoca la celebración de un acontecimiento que hace a los inicios de nuestra Patria como Nación independiente. No es una fecha más, es un momento fundante que nos compromete como argentinos”.
En cuanto a la situación social, se refirió a la necesidad de “crear fuentes de trabajo”, a la que calificó como “un desafío pendiente en nuestra sociedad. Es un reclamo ético y social tanto a la dirigencia política como económica. Generar trabajo es un acto de amor y caridad porque en él se eleva la dignidad del hombre”, concluyó.