La convocatoria de protesta en la Capital Federal fue continuidad de la movilización realizada el 25 de mayo pasado.
“Romper cadenas”, evoca el Himno Nacional que ayer cantó una multitud sobre la avenida 9 de Julio. Lo pidieron referentes de la Asociación Argentina de Actores, responsables principales de la convocatoria. Fue un “segundo acto”, luego de una primera puesta en escena, el 25 de mayo pasado (“La Patria está en peligro”), ahora con la consigna “La Patria no se rinde”.
Diputados nacionales como Agustín Rossi, Facundo Moyano, Felipe Solá, Daniel Filmus y Máximo Kirchner, entre muchos otros, se sumaron al acto. Y compartieron territorio con sindicalistas como Pablo Moyano (Camioneros), Sergio Palazzo (La Bancaria) y Sonia Alesso (Ctera). Entre foto y foto con los militantes, Rossi le comentó a La Capital: “El acto expresa el descontento de los argentinos con el gobierno, que viene vaciando de contenido las fechas patrias”.
Carolina Papaleo y Gerardo Romano fueron los encargados de discursear y, por momentos, leer un documento de casi una veintena de carillas y en el que una sorprendente transversalidad opositora, con organizaciones políticas, sociales, sindicales y culturales —mayormente cercanas al universo kirchnerista, aunque no todas—, diagnosticó el momento dramático que vive “la Patria” en manos de las decisiones de Cambiemos. Y que el propio presidente consideró (desde Tucumán, ver aparte) un momento de “tormenta” para la Argentina.
Sonriente y entusiasta, Romano se paseó saludando a colegas y amigos —y sin dejar de filmar con su celular— detrás del escenario, minutos antes de subir. “Compañeros y compañeras, se me hincha el corazón, me tiemblan las piernas” se presentó ante la multitud, con más orgullo que susto verdadero.
“No damos crédito a lo que nos toca vivir hoy en la Argentina”, abrió el experimentado actor, siempre identificado con las tradiciones políticas del espacio nacional y popular. “Rompamos las cadenas con el FMI, que pretende condenar a las nuevas generaciones. La deuda es ilegítima, ilegal, inconstitucional, que la paguen ellos y no nos jodan a las asalariados, jubilados, humildes y explotados”, gritó Romano.
Poco antes de que los actores subieran al escenario ubicado en la avenida 9 de Julio y Belgrano, mirando hacia el sur, Alejandra Darín le dijo a este diario: “Somos parte de la Argentina, estamos pasando una situación difícil, no es aceptable que vayas con una bolsita al almacén a comprar alimentos, compres cinco cosas y gastes 700 pesos. No es posible vivir de ese modo. La gente se queda sin trabajo, otros ganan 10 ó 20 mil pesos y con eso no se puede sobrevivir”.
De todos modos, aclaró que no tiene adhesión con ninguna identidad política en particular. “No miro para atrás ni para adelante. Estoy acá por el presente que nos toca. Vengo a pedir que, por favor, cambien la manera de gobernar así estamos mejor todos los argentinos”, sentenció.
Sobre el escenario, Papaleo tomó la posta de Romano. Con dicción generosa, puso pasión y vehemencia y, siguiendo con la metáfora de “romper cadenas”, apuntó a “los recursos naturales, al subsuelo, al espacio aéreo, a los derechos de los campesinos y comunidades originarias y contra la extranjerización de la tierra”.
Hija de madre actriz (Irma Roy) y militante peronista, Papaleo invitó a la multitud a romper las cadenas de la “reforma laboral” que pretende la Casa Rosada, así como la “reforma previsional infame”.
Otra actriz, Paula Barrientos, explicó el porqué de su presencia. “Siento que no tengo otra alternativa. Tengo que estar acá, es mi convicción. No me puedo quedar guardada en mi casa, pondría mí prestigio en juego si me callo. Es un momento de mucho riesgo para el, para el futuro”, resumió. Identificada con referentes del kirchnerismo, destacó: “Esta convocatoria hace ruido porque la gente nos conoce, muchos se identifican con eso y otros nos critican”.
Luego de los discursos, llegó el Himno Nacional, entonado por los artistas que participaron del acto (Liliana Herrero y Arbolito, entre otros) y el grupo de percusión La Chilinga. El “segundo acto” patrio, en la saga de protesta opositora, llegaba a su fin. Artistas, jugándose una idea y el propio prestigio, volvieron a hacerlo y coparon la 9 Julio.