Víctor Buso es astrónomo aficionado y observó cómo se generaba una supernova. La revista científica Nature publicó ayer el colosal hallazgo.
“Vivi, me parece que encontré algo muy importante”. La voz ansiosa de Víctor Buso despertó a su mujer en plena madrugada. Y aunque todavía era muy pronto para imaginar que de ese hallazgo hablaría el mundo, el astrónomo aficionado de zona sur de Rosario sabía que ese punto que había logrado fotografiar en el observatorio de su casa era un descubrimiento colosal.
Sucedió el 20 de septiembre de 2016. Ayer, la revista científica Nature, una de las más prestigiosas a nivel mundial, puso el descubrimiento en el centro de las miradas al publicar un trabajo de investigadores argentinos que describe la explosión de la estrella SN 2016kgk, la supernova (la nueva estrella) que fue detectada y registrada, en el mismísimo momento de su creación, por un rosarino.
El ¡Eureka! de Víctor estremece. Es más sencillo ganarse cinco veces en la vida el Quini que encontrar lo que él encontró. Telescopios robotizados instalados en los más recónditos lugares del planeta y en los más prestigiosos centros astronómicos, no lograron captar lo que este hombre capturó esa noche. Buso es el primer ser humano en la historia que ve nacer una estrella.
Ayer recibió a La Capital en su casa. En la habitación de ingreso, sencilla, cálida, una impresora tira copias de un texto que el astrónomo aficionado, de profesión cerrajero, escribió para repartir a la prensa. Sabe que en las próximas horas van a llamarlo de todos lados. “Hoy me hablaron hasta de diarios de Estados Unidos; mi hija no lo podía creer”, dice con humildad. Entonces la sonrisa le ilumina la cara y le vuelve aún más celestes los ojos, esos con los que observó la galaxia espiral conocida como NGC 613 y donde, al sur de su núcleo, apareció el misterioso punto que con las horas se tornó cada vez más brillante.